En la actualidad, la resolución pacífica de conflictos representa uno de los desafíos más relevantes para nuestra sociedad. A su vez, las instituciones educativas buscan implementar técnicas eficaces para abordar los conflictos entre los estudiantes, originados por la diversidad de personalidades con distintos intereses, deseos y necesidades. El sistema educativo español se ve compelido a hacer frente a los problemas de convivencia en los centros educativos, enfrentándose a nuevos retos debido al aumento significativo de la conflictividad entre los alumnos.
Concepto de Mediación
El concepto de mediación ha evolucionado en diversos ámbitos (penal, familiar, laboral y escolar), adoptando enfoques variados y generando una metodología diversa. Boqué (2007:23) destaca la dificultad de lograr una definición universalmente aceptada debido a la vitalidad propia de este fenómeno. No obstante, la esencia de la mediación permanece constante en todos sus ámbitos de aplicación.
Farré (2006:119) define la mediación como «un proceso de resolución de conflictos privado, confidencial y voluntario», que permite a las partes comunicarse, expresando sus puntos de vista, argumentos, intereses y necesidades, buscando acuerdos mutuamente consentidos. Este proceso cuenta con la participación de un tercero imparcial, la persona mediadora, que actúa como facilitadora del acuerdo, velando por su legítimo funcionamiento y creando un espacio de diálogo donde primen la equidad comunicativa, la seguridad, la libertad y la igualdad entre las partes.
A su vez, Jares (2006:111) define la mediación en el ámbito escolar como «un procedimiento de resolución de conflictos que consiste en la intervención de una tercera parte, ajena e imparcial al conflicto», aceptada por los disputantes y sin poder de decisión sobre ellos. Su objetivo es facilitar que las partes en litigio lleguen por sí mismas a un acuerdo mediante el diálogo.
Es fundamental que los mediadores trabajen en parejas, lo que favorece un mejor control del proceso de mediación, proporciona tranquilidad a los mediadores y facilita la captación de percepciones diversas del conflicto y del proceso mediador, contribuyendo a la resolución final.
Función de los Mediadores
La función de los mediadores es mejorar el clima de convivencia en el centro, promoviendo el conocimiento y la aplicación de estrategias de negociación, regulación y solución pacífica de conflictos por parte de los estudiantes. Sus objetivos específicos incluyen enseñar las estrategias y habilidades necesarias para desempeñar la función de mediación, fomentar la autonomía de los estudiantes en la resolución participativa y cooperativa de los conflictos, promover la asunción de valores como el compromiso personal, la colaboración y la responsabilidad solidaria, y favorecer el diálogo, la comunicación y la importancia de la relación entre las partes.
El Alumno Mediador
El alumno mediador debe someterse a un programa preestablecido de formación que consta de 15 sesiones. Estas sesiones abordan diversos contenidos y se llevan a cabo mediante actividades que buscan favorecer la reflexión sobre los componentes principales del conflicto, comprender y practicar habilidades comunicativas, y difundir la importancia de abordar cooperativamente los conflictos cotidianos.
Este programa se diseña específicamente para estudiantes de 6º de Primaria de un centro de educación de infantil y primaria, como el caso del CEIP Puerta del Mar. Cada sesión presenta contenidos específicos con objetivos, materiales, desarrollo y tiempo necesario. Además, se tiene en cuenta que, durante el tercer trimestre del curso escolar, se incorporan como oyentes los alumnos de 5º y posibles candidatos a mediadores del próximo curso escolar.